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Asociación Mi Rancho

Día del niño, niña y adolescente en Bolivia - ¿Realidad o ficción?

Hace ya 63 años que Bolivia instituyo el 12 de abril como un día para reflexionar sobre el respeto a los derechos que se le da a la infancia en nuestro país.


El 12 de abril de 1952 se redactó la Declaración de Principios Universales del niño. Se acordó que cada país debería fijar una fecha para recordar el día y el gobierno boliviano de 1955 instituyo que fuese el día 12 de abril.


La realidad nos dice que las leyes, las palabras son muy bonitas cuando están escritas, pero llevarlas a la práctica es otra cosa muy distinta.


Algunas se llevan a la practica en la superficialidad y algunas veces en la conveniencia, pero no con la profundidad que requeriría.


En el 2015, la defensoría del pueblo indicaba que 9 de cada 10 niños, niñas y adolescentes son maltratados.


Es un hecho que es algo endémico la cultura del maltrato, obviarlo sería como no quererlo ver.

Y como siempre las poblaciones más vulnerables son las que sufren las estadísticas de múltiples maneras. El maltrato no se da solo como un acto de violencia física, se da en esa vulneracion de derechos.


Uno paseo desde el centro de la ciudad a algunos barrios periféricos y se palpa esa vulneración de los derechos, no solo de las familias, escuelas, centros médicos, sino del propio estado en todos sus niveles.


Y si nos vamos a la población de calle, la población abandonada, la que se ha criado sin apoyo de nadie y que muchos de los que apoyan lo hacen condicionando.


Al que uno cree que no tiene se le mezquina más, se le puede usar como uno vea conveniente, con toda la buena intención del mundo, con la idea de que “yo sé lo que es mejor para ti”. Si no rezas no te doy comida, si no vienes a un centro no te ayudo, si no…….


Muchos centros son lugares anónimos que luchan por dignificar lo que la sociedad deja de ellos, aunque a mi entender muchas de las personas tienen más dignidad que las que la ofrecen. Porque ellos no te dicen, “si me das algo me dejo que me uses como mascota para tu conciencia”

En una reunión que se hablaba sobre los derechos una de las personas enseguida salto que también tienen obligaciones. ¿Alguien en la mesa dijo, “cuando se habla de los derechos humanos que se pisotean se hablan de las obligaciones?, nadie contesto.


Como un niño que me dificultan que le den una identidad, que para darle protección violen su intimidad con pruebas médicas de dudosa legalidad, entrevistas sin intimidad ni tacto hacia su situación etc. Que, para darle cobertura sanitaria, no se le reconozca su prioridad, que para darle una buena educación haya que pagar. Que, por vivir en un hogar, piensen que tienes que dejarte manosear fotografiar y exponer. Que alguien pueda decidir que te vayas con tu familia, esa familia ausente durante años con las mismas dificultades que había en el inicio y que, aunque tu preveas un futuro incierto, pero deseando que estés equivocado, descubre que al cabo de unos meses viene la familia que no pueden con él y tú ya no puedes hacer nada y quien decidió ya no hará nada.


La colaboración esta en hacerlo de igual a igual, de acercarse, desde saber que tienen derechos que no se les permite tener y es nuestro deber indignarse por de esa situación. No para crear nuevos elementos de confrontación con el Estado, sino que tenemos la posibilidad de poder alzar la voz donde ellos no pueden y denunciar las situaciones que se dan. Solo así estaremos en la línea de trabajar por los derechos de los más vulnerables, las niñas, niños y adolescentes. Que muchas veces se “hacen hombres y mujeres” sin poder haber defendido esos derechos y trasmitirlos se les hace difícil.


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